UN PINGÜINO EN LA SELVA LACANDONA
(La zapatista es apenas una casita, acaso la más pequeña, en una calle llamada
"México",en un barrio llamado "Latinoamérica", en una
ciudad llamada "Mundo").
No me lo van a creer, pero en el Cuartel General del
ezetaelene hay un pingüino. Ustedes dirán "¡Ah qué el Sup!, ya se le
fundieron los fusibles por la Alerta Roja", pero es la verdad. Es más,
mientras les escribo esto, él (o sea el pingüino) está aquí a mi lado, comiendo
del mismo pan duro y rancio (tiene tanto moho que le falta un grado para ser
penicilina) que, con el café, me tocó como ración de hoy. Sí, un pingüino. Pero
de esto les cuento más luego, porque primero hay que platicar un poco de la
Sexta Declaración.
Hemos leído con atención parte de las dudas, críticas,
consejos y debates sobre lo que planteamos en la Sexta. No todas, es cierto,
pero adjudíquenlo no a la desidia, sino a la lluvia y el lodo que alargan
todavía más los caminos en las montañas del Sureste Mexicano. Aunque son muchos
los puntos, en este texto sólo me referiré a algunos de ellos.
Algunos de los ejes de crítica se refieren al llamado
a un nuevo intercontinental, al carácter nacional mexicano de la Sexta
Declaración y, de la mano de éste, a la propuesta (todavía es sólo eso, una
propuesta) de unir la lucha indígena a las de otros sectores sociales,
marcadamente a las de los trabajadores del campo y la ciudad. Otros se refieren
a la definición de izquierda anticapitalista, y a que la Sexta toca "temas
viejos" o utiliza conceptos "desgastados". Algunos más advierten
peligros: el desplazamiento del tema indígena por otros y, por consiguiente, el
arrinconamiento de los pueblos indios como sujetos de transformación; el
vanguardismo y centralismo que pudiera surgir en la política de alianzas con
organizaciones de izquierda; la sustitución del liderazgo social por el
político; el que la derecha use al zapatismo para golpear a López Obrador, o
sea al centro político (yo sé que esos señalamientos dicen que AMLO es de
izquierda, pero él dice que es de centro, así que aquí tomamos lo que él dice,
no lo que dicen por él). La mayoría de estos señalamientos son bien
intencionados y buscan ayudar, bien advirtiendo obstáculos en el camino, o bien
aportando opiniones de cómo podría crecer el movimiento que pretende despertar
la Sexta. Todo esto lo agradecemos, lo valoramos y lo tomamos en cuenta.
De la tijera y el engrudo.
Dejaré de lado a quienes lamentan que la alerta roja
no haya culminado en la reanudación los combates ofensivos por parte del EZLN.
Sentimos no haber cumplido con sus expectativas de sangre, muerte y
destrucción. Ni modos, discúlpenos. Tal vez en otra ocasión... También quedan a
un lado las críticas deshonestas. Como las de quienes editan el texto de la
Sexta Declaración para que diga lo que quieren que diga. Esto es lo que hace el
señor Víctor M. Toledo en su artículo "El zapatismo rebasado.
Sustentabilidad, resistencias indígenas y neoliberalismo", publicado en el
periódico mexicano La Jornada (18 julio 05). Creo que se pueden debatir los
propósitos y métodos que plantea la Sexta Declaración sin necesidad de ser
deshonestos. Porque, aplicando el método de "la tijera y el engrudo",
el señor Toledo edita la Sexta para señalar que le falta... lo que le cortó.
Dice Toledo: ''Sorprende que (el EZLN en la Sexta Declaración) decida unir
sus esfuerzos a campesinos, trabajadores, obreros, estudiantes, mujeres,
jóvenes, homosexuales, lesbianas, transexuales, sacerdotes, monjas y luchadores
sociales, y que no haga una sola referencia a las miles de comunidades
indígenas volcadas a la búsqueda de la sustentabilidad".
Bueno, las partes que el señor Toledo editó de la
Sexta dicen lo contrario. Por ejemplo, en el segmento donde se reconoce la
existencia de resistencias y alternativas al neoliberalismo en México, y como
primer lugar en la enumeración de ellas, se señala: "Y así nos enteramos
que hay indígenas, que sus tierras están retiradas de aquí de Chiapas, y que
hacen su autonomía y defienden su cultura y cuidan la tierra, los bosques, el
agua". Tal vez el señor Toledo esperaba un recuento detallado de esas
luchas indígenas, pero eso es una cosa, y otra muy diferente, y deshonesta, es
decir que no se hace ni una sola referencia. En el recuento que hace el señor
Toledo de los esfuerzos a los que el EZLN decidió unirse, ha cortado al primer
grupo social al que se refiere la Sexta, que dice, textual: "Y entonces,
según el acuerdo de la mayoría de esa gente que vamos a escuchar, pues hacemos
una lucha con todos, con indígenas, obreros, campesinos,
etcétera.". Y no sólo, el primer punto de la Sexta propiamente dicha
señala: "1.- Vamos a seguir luchando por los pueblos indios de
México, pero ya no sólo por ellos ni sólo con ellos, sino que por todos
los explotados y desposeídos de México, con todos ellos y en todo el país
". Y en el colofón de la Sexta se dice "Invitamos a los indígenas,
obreros, campesinos, ... etcétera". En fin, imagino que habrá, entre los
irritados por nuestras críticas a López Obrador y al PRD, argumentos más
serios, y honestos, para el debate. Tal vez algún día los presenten.
Esperaremos, es nuestra especialidad.
De en este barrio no te queremos.
Están también las críticas, aunque más soterradas, a
que la Sexta Declaración se refiera a algunos temas internacionales y al modo
en que son tocados. Así, algunos critican que nos refiramos al bloqueo que el
gobierno norteamericano mantiene contra el pueblo de Cuba. "Es un tema muy
viejo", dicen. ¿Qué tan viejo? ¿Tanto como el bloqueo? ¿O tan viejo como
la resistencia de los pueblos indios en México? ¿Cuáles son los temas
"modernos"? ¿Quién, con honestidad, puede ver el mundo y dejar pasar,
"por ser un tema viejo", una agresión a un pueblo que hace lo que
deben hacer todos los pueblos, es decir, decidir su rumbo, paso y destino como
Nación ("defender la soberanía nacional" le dicen)? ¿Quién puede
ignorar las décadas de resistencia de todo un pueblo ante la prepotencia
Norteamericana? ¿Quién, sabiendo que puede hacer algo, aunque sea muy poco, por
reconocer ese esfuerzo, no lo hace? ¿Quién puede ignorar que ese pueblo cada
vez tiene que levantarse, después de una catástrofe natural, no sólo sin los
apoyos y créditos de los que gozan otros países, también en medio de un cerco
brutal e inhumano? ¿Quién puede hacer caso omiso de la base norteamericana de
Guantánamo en territorio cubano, del laboratorio de torturas en que se
convirtió, de la herida que representa en la soberanía de una Nación y decir: "vamos,
ése es un tema viejo"?
Por otra parte, ¿no les parece natural que, en un
movimiento mayoritariamente indígena como el zapatísta, despierte simpatías y
admiración lo que hacen los indígenas en Ecuador y Bolivia? Que sienta
hermandad con los que no tienen tierra y luchan en Brasil. Que se sienta
identificado con los "piqueteros" de Argentina, y que salude a las
Madres de Plaza de Mayo. Que perciba similitudes en experiencias y organización
con los Mapuche de Chile y con los indígenas de Colombia. Que advierta en
Venezuela lo evidente, a saber: que el gobierno norteamericano está haciendo
todo lo posible por vulnerar la soberanía de ese país. Que aplauda con
entusiasmo las grandes movilizaciones en Uruguay para oponerse a la imposición
de la "estabilidad macroeconómica".
La Sexta Declaración no se refiere a instituciones de
arriba, buenas o malas. La Sexta está mirando abajo. Y está mirando una
realidad que es compartida, cuando menos desde las conquistas que España y
Portugal hicieron en las tierras que hoy comparten el nombre de
"Latinoamérica". Tal vez este sentimiento de pertenencia a "la
patria grande" que es América Latina, es "viejo", y lo
"moderno" es voltear la mirada y las aspiraciones al "norte
revuelto y brutal". Tal vez, pero si algo es "viejo" en este
rincón de México, de América y del Mundo, es la resistencia de los pueblos
indios.
De no te queremos en esta calle.
Hay también (resalto y resumo algunas de ellas), las
críticas por pretender "nacionalizar y aún universalizar" nuestro
discurso y nuestra lucha. La Sexta, nos dicen, recae en estos despropósitos.
Recomiendan entonces que el EZLN se quede en Chiapas, que fortalezca las Juntas
de Buen Gobierno, y que se circunscriba al compartimento estanco que le ha
tocado. Que ya consolidado ese proyecto y ya que hayamos demostrado que podemos
"poner en práctica una modernidad alternativa al neoliberalismo en los
propios territorios", entonces podríamos lanzamos a lo nacional, a lo
internacional y a lo íntergaláctico. Frente a esos argumentos, nosotros presentamos
nuestra realidad. No pretendemos competir con nadie a ver quién es más
antíneoliberal o quién tiene más avances en la resistencia, pero, con modestia,
nuestro nivel y aporte están en las Juntas de Buen Gobierno. Se puede venir,
hablar con las autoridades o con los pueblos, hacer caso omiso de las cartas y
comunicados donde hemos dado cuenta de este proceso e investigar, de primera
mano, lo que aquí pasa, de los problemas que enfrenta, de cómo se resuelven. No
sé ante quienes tenemos qué demostrar que todo esto es "poner en práctica
una modernidad alternativa al neoliberalismo en los propios territorios" y
quién nos va a calificar con palomita o tache, y, entonces sí, permitirnos
salir e intentar unir nuestra lucha a otros sectores.
Además, tenemos el presentimiento de que esas
críticas serían alabanzas... si la Sexta declarara el apoyo incondicional al
centro político representado por López Obrador. Y, si dijéramos "vamos a
salir para sumamos a las redes ciudadanas en apoyo a AMLO", vendrían el entusiasmo,
los "sí", los "claro, hay que salir, no hay que quedarse
encerrado, es hora de que el zapatismo abandone su guarida y una sus
experiencias a las masas volcadas a favor del esperado". Mmh... López
Obrador. Acaba de presentar su "Proyecto Alternativo de Nación" ante
las redes ciudadanas. Nosotros desconfiamos y no vemos mas que un maquillaje
plástico (y que cambia según el respetable) y una lista de promesas olvidables.
Como quiera, tal vez alguien pueda decirle a AMLO que no puede prometer "el
cumplimiento de los Acuerdos de San Andrés", porque eso significa, entre
otras cosas,reformar la Constitución y, si mal no recuerdo, ése es trabajo del
Congreso. En todo caso, la promesa la debería hacer un partido político,
señalando que sus candidatos cumplirán si son elegidos. De otra forma, tendría
que proponerse que el ejecutivo federal mandara sobre los otros poderes, o los
desconociera. O sea una dictadura. Pero no se trata de eso. ¿O si?
En la política de arriba, los proyectos buscan, en
los períodos electorales, sumar lo más que se pueda. Pero al sumar a unos,
restan a otros. Entonces deciden sumar a los más, y restar a los menos. Como
estructura paralela al PRD, AMLO ha creado las "redes ciudadanas" y
su objetivo es sumar a los que no son perredistas. Para esas redes ciudadanas,
AMLO presenta a 6 personas que van a coordinar, a nivel nacional, a todos los
lopezobradoristas no perredistas. Veamos a dos de los "coordinadores
nacionales":
Socorro Díaz Palacios, Subsecretaría de Protección
Civil en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari. El 3 de enero de 1994,
mientras los federales perpetraban la matanza del mercado de Ocosingo, declaró
(cito el Boletín de Prensa de la Secretaría de Gobernación): "Los
grupos violentos que están actuando en el estado de Chiapas presentan una
mezcla de intereses y de personas tanto nacionales como extranjeras. Muestran
afinidades con otras facciones violentas que operan en países hermanos de
Centroamérica. Algunos indígenas han sido reclutados, presionados por los jefes
de estos grupos, y también, sin duda, manipulados en torno a sus reclamos
históricos que deben seguirse atendiendo". Y más adelante: "El
ejército mexicano, por su parte, seguirá actuando con gran respeto a los
derechos individuales y de la población hasta dar una respuesta clara y
decidida a la demanda de orden y seguridad... bla, bla, bla". En los
días subsiguientes la Fuerza Aérea bombardeaba las comunidades indígenas al sur
de San Cristóbal de las Casas, y el ejército federal detenía, torturaba y
asesinaba a 3 indígenas en la comunidad de Morelia, entonces
en el municipio de Altamirano, Chiapas, México.
Ricardo Monreal Ávila.- En enero de 1998, apenas unos
días después de la matanza de Acteal, el entonces diputado por el PRI e
integrante de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión "comentó
que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) es un grupo
paramilitar, al igual que aquellos que victimaron a los 45 indígenas tzotziles
el 22 de diciembre de 1997 en Chenalhó, Chiapas. "Porque paramilitar es
todo aquel que actúa como Ejército sin serlo y se arma siendo civil. Todos
tienen que desarmarse, porque todos han contribuido a esta violencia
innecesaria, injusta y torpe en el que nos han enlutado a todos los
mexicanos", indicó'' ("El Informador" de Guadalajara,
Jalisco. 3/1/98). Días después, antes de pasarse al PRD porque en el PRI no le
dieron la candidatura al gobierno de Zacatecas, declararía (cito la nota de
Ciro Pérez y Andrea Becerril, en La Jornada, 7/1/98) que el episodio de Chenalhó (se refiere
a la matanza de Acteal) sí estaba planeado, "pero no por quien asegura
el líder blanco de los indígenas de piel oscura", opina que la
posición del EZLN respecto a la matanza trata de "allegarle una
justificación adelantada a Marcos y a los intereses que protege", y
termina advirtiendo que el EZ sirve intereses extranjeros que buscan "obtener
el dominio de la zona del Istmo de Tehuantepec, sus recursos y su ubicación
estratégica, objetivo al que adecuadamente sirven Marcos y los ejércitos que
disputan la bandera indígena". Mmh... me suena, me suena... sí, es el
punto 28 del programa de AMLO que dice, textual: “Vincularemos el Pacífico con
el Atlántico, en el Istmo de Tehuantepec, mediante la construcción de dos
puertos comerciales: uno en Salina Cruz, Oaxaca, y otro en Coatzacoalcos,
Veracruz, así como ferrocarriles de carga de contenedores y la ampliación de la
carretera existente ".
Con esos personajes, López Obrador se ha definido, ha
sumado a unos y, con ellos, ha restado, entre otros, a los
"neozapatistas".
Pero, por otro lado, ¿por qué no hay nada en ese
programa sobre los presos y desaparecidos políticos en la guerra sucia de los
70's y 80's?. Ni sobre castigo a los ex gobernantes que se enriquecieron de
manera ilícita. Ni sobre hacer justicia
en los casos de las masacres de Acteal, El Bosque, Aguas Blancas, El Charco. Me temo que, en justicia, López Obrador ofrece
"borrón y cuenta nueva" lo que, paradójicamente, no es nuevo. Antes
de volver a las críticas a los pronunciamientos que sobre México, Latinoamérica
y el Mundo hace la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, permítanme decirles
algo:
De vamos a salir.
Vamos a salir. Vamos a salir, y más vale irse
haciendo a la idea. Vamos a salir y, creo, sólo hay 4 formas de detenernos.
Una es con un ataque preventivo, tan de moda en esta
etapa neoliberal. Los pasos predecibles son: acusaciones de ligas con el
narcotráfico o, en general, con el crimen organizado; invocaciones al estado de
derecho y pamplinas por el estilo; una campaña mediática intensa; un ataque
doble (contra las comunidades y contra la Comandancia General); control de
daños (es decir reparto de dinero, concesiones y privilegios entre los
"voceros de la opinión pública"); las autoridades llaman a tomar las
cosas con calma; los políticos declaran que lo más importante es que el proceso
electoral transcurra en paz y con tranquilidad social; después de un breve
impasse, los candidatos reanudan sus campañas.
Otra es tomarnos presos en el momento de salir, o en
el transcurso de "la otra campaña". ¿Los pasos? Reuniones
clandestinas entre las dirigencias del PRI, PAN y PRD para hacer acuerdos (como
en 2001, cuando la contrarreforma indígena); la Cocopa declara que el diálogo
está roto; el Congreso vota la anulación de la Ley para el Diálogo; la PGR
activa las órdenes de aprehensión; un comando de la AFI, con apoyo del ejército
federal, toma prisioneros a los delegados zapatistas; simultáneamente, el
ejército federal copa las comunidades indígenas rebeldes "para prevenir el
desorden y mantener la paz y la estabilidad nacionales"; control de daños,
etcétera.
Otra es matarnos. Etapas: se contrata a un sicario;
se monta una provocación; se comete el crimen; las autoridades lamentan el
hecho y ofrecen investigar "hasta las últimas consecuencias y caiga quien
caiga". Otra alternativa: "un lamentable accidente provocó la muerte
de la delegación zapatista que se encontraba en trayecto hacia bla, bla, bla".
En ambas: control de daños, etcétera.
Otra es desaparecernos. Me refiero a una desaparición
forzada, como la que se aplicó a cientos de opositores políticos en la etapa de
"estabilidad" priísta. Ésta podría ser así: no aparecen los delegados
zapatistas; la última vez que se les vio fue cuando bla, bla, bla; las
autoridades ofrecen investigar; se aventura la hipótesis de un problema
pasional; las autoridades declaran que investigan todas las pistas y que no se
descarta que la delegación zapatista haya aprovechado la salida para huir, con
una cantidad de pozol agrio, a un paraíso fiscal; la INTERPOL investiga en las
Islas Caimán; control de daños, etcétera.
Éstos son los peligros iniciales con los que topa la
Sexta. Para enfrentar esas posibilidades es que nos hemos preparado muchos
años; es por eso que la Alerta Roja de las tropas insurgentes no se ha
levantado, sólo la de los pueblos; y es por eso que uno de los comunicados
señalaba que el EZLN puede perder, por cárcel, muerte o desaparición forzada, a
parte o a la totalidad de su dirección conocida públicamente, y seguir
luchando.
Les decía yo sobre las críticas a los señalamientos que sobre México,
Latinoamérica y el Mundo, hace la Sexta Declaración de la Selva Lacandona.
Bueno, pues frente a ellas permítanme algunas preguntas:
De en este mundo no cabes.
¿Qué pasa, por ejemplo, hace más de una década, cuando una niña (digamos de 4 ó
6 años), indígena y mexicana, ve que su padre, sus hermanos, sus tíos, sus
primos, o sus vecinos, toman un arma, una bola de pozol y un tanto de tostadas
y "se van a la guerra"? ¿Qué pasa cuando algunos no regresan?
¿Qué pasa cuando esa niña crece y, en lugar de ir por la leña, va a la escuela
y aprende a leer y escribir con la historia de lucha de su gente?
¿Qué pasa cuando esa niña llega a la juventud, después de 12 años de ver, oír y
hablar con mexican@s, vasc@s, norteamerican@s, italian@s, español@s, catalan@s,
frances@s, holandes@s, aleman@s, suiz@s, británie@s, fínlandes@s, danes@s,
suec@s, grieg@s, rus@s, japones@s, australian@s, fílipín@s, corean@s,
argentín@s, chilen@s, canadiens@s, venezolan@s, colombían@s, ecuatorian@s,
guatemaltec@s, portorriquefi@s, dominican@s, uruguay@s, brasileñas, cuban@s,
haitian@s, nicaraguens@s, hondureñ@s, Bolivian@s, y etcéter@s, y saber de cómo
son sus países, sus luchas, sus mundos?
¿Qué pasa cuando ve que esos hombres y mujeres comparten con su comunidad las
carencias, los trabajos, las angustias, las alegrías?
¿Qué pasa con esa niña-luego-púber-luego-jóvena después de ver y escuchar
a "las sociedades civiles", durante 12 años, trayendo no sólo
proyectos, también historias y experiencias de diversas partes de México y del
Mundo? ¿Qué pasa cuando ve y escucha a los obreros electricistas, trabajando
con italian@s y mexican@s en la instalación de una turbina para dotar de luz a
una comunidad? ¿Qué pasa cuando se encuentra con los jóvenes universitarios en
plena huelga de 1999-2000? ¿Qué pasa cuando descubre que en el mundo no sólo
hay hombres y mujeres, sino que la atracción y el amor tienen muchos caminos y
modos? ¿Qué pasa cuando ve a jóvenes estudiantes en el plantón de Amador
Hernández? ¿Qué pasa cuando escucha lo que dijeron los campesinos de otras
partes de México? ¿Qué pasa cuando le cuentan de Acteal y los desplazados en
Los Altos de Chiapas? ¿Qué pasa cuando conoce de los acuerdos y avances de los
pueblos y organizaciones del Congreso Nacional Indígena? ¿Qué pasa cuando se
entera que los partidos políticos ignoraron la muerte de los suyos y decidieron
desconocer los acuerdos de San Andrés? ¿Qué pasa cuando le cuentan que los
paramilitares del PRD atacaron una marcha zapatista, pacífica y para llevarle
agua a otros indígenas, y dejaron a varios compañeros heridos de bala,
precisamente un 10 de abril? ¿Qué pasa cuando ve a los soldados federales pasar
todos los días con sus tanques de guerra, sus vehículos artillados, sus fusiles
apuntando a su casa? ¿Qué pasa cuando alguien le cuenta que en un lugar que se
llama Ciudad Juárez, secuestran, violan y asesinan a jovencitas como ella y las
autoridades no hacen justicia?
¿Qué pasa cuando escucha a sus hermanos y hermanas, a sus padres, a sus
parientes, contar de cuando fueron a la marcha de los 1,111 en 1997, a la
consulta de los 5000 en 1999, platicar de lo que vieron y escucharon, de las
familias que los recibieron, de cómo es su modo de los ciudadanos, de que
también luchan, de que tampoco se dejan?
¿Qué pasa cuando ve, por ejemplo, a Eduardo Galeano, Pablo González Casanova,
Adolfo Gilly, Alain Touraine, Neil Harvey, con el lodo hasta las rodillas,
reunidos en una champa en La Realidad, platicando del neoliberalismo? ¿Qué pasa
cuando escucha a Daniel Viglietti cantar en una comunidad "A
desalambrar"? ¿Qué pasa cuando ve la obra de teatro "Zorro el
zapato" que los niños franceses de Tameratong presentaron en tierra
zapatista? ¿Qué pasa cuando ve y escucha a José Saramago hablando, hablándole?
¿Qué pasa cuando oye a Osear Chávez cantar en tzotzil? ¿Qué pasa cuando escucha
a un indígena Mapuche contar su experiencia de lucha y resistencia en un país
que se llama Chile? ¿Qué pasa cuando se mete a una reunión donde uno que dice
que es "piquetero" cuenta de cómo se organizan y resisten en un su
país que se llama Argentina? ¿Qué pasa cuando oye a un indígena de Colombia
contar que, en medio de la guerrilla, los paramilitares, los soldados y los
asesores militares norteamericanos, sus compañeros tratan de construirse como
indígenas que son? ¿Qué pasa cuando oye a los "ciudadanos musiqueros"
tocar esa música muy otra que se llama "rock" en un campamento de
desplazados? ¿Qué pasa cuando sabe que los de un equipo italiano de fútbol que
se llama Internazionale de Milano apoyaron económicamente a los heridos y
desplazados de Zínacantán? ¿Qué pasa cuando ve llegar a un grupo de hombres y
mujeres norteamerican@s, aleman@s y británic@s con aparatos electrónicos, y los
escucha contar de lo que hacen en sus países para acabar con las injustícias,
mientras le enseñan a armar y a usar esos aparatos, y al rato ella ya está
frente al micrófono diciendo "Escucha usted Radio Insurgente, la voz de
los sin voz, transmitiendo desde las montañas del sureste mexicano, y vamos a
empezar con una bonita cumbia que se llama "La Suegra ", y les
avisamos a los promotores de salud que ya pasen al Caracol a recoger la
vacuna" ¿Qué pasa cuando escucha en la Junta de Buen Gobierno que ese
catalán vino desde muy lejos para entregar personalmente lo que un comité de
solidaridad juntó como apoyo para la resistencia? ¿Qué pasa cuando ve a un
norteamericano ir y venir con el café, la miel y las artesanías (y el producto
de su venta), que producen las cooperativas zapatístas, cuando ve que no
reclama ninguna atención especial a pesar de que lleva años haciendo eso sin
que nadie, mas que nosotros, le lleve la cuenta? ¿Qué pasa cuando ve a l@s
grieg@s traer el dinero para los materiales de la escuela y pues que se ponen a
trabajar junto con los indígenas zapatistas en la construcción? ¿Qué pasa
cuando ve a una frentista llegar al caracol y entregar un camión lleno de
medicinas, aparatos médicos, camas de hospital y hasta uniformes y zapatos para
l@s promotor@s de salud, mientras otros jóvenes del fzln se distribuyen
para ayudar en las clínicas comunitarias? ¿Qué pasa cuando ve que los de
"una escuela para Chiapas" llegan, se van y dejan, en efecto, una
escuela, un camión escolar, lapiceros, cuadernos, pizarrones? ¿Qué pasa cuando
ve que, a la escuela de idiomas que hay en Oventik (y que, en condiciones
heroicas mantiene funcionando un compañero "ciudadano"), llegan
hindúes, coreanos, japoneses, australianos, eslovenos, iraníes? ¿Qué pasa
cuando mira que llega una persona a entregar con la Comisión de Vigilancia un
libro con la traducción en árabe o en japonés o en kurdo, de los comunicados
del EZLN y las regalías de su venta?
¿Qué pasa cuando, por ejemplo, una niña crece y llega a la juventud en la
resistencia zapatísta, durante 12 años en las montañas del Sureste mexicano?
Les pregunto porque, por ejemplo, aquí, haciendo la posta de alerta roja en el
Cuartel General del EZLN, hay dos ínsurgentas. Las dos son, como dicen los
compas, "cien por ciento indígenas y cien por ciento mexicanas". Una
tiene ahora 18 años y la otra 16. O sea que en 1994 tenían 6 años la una y 4 la
otra.
Entonces, les pregunto: ¿Qué les digo? ¿Que el mundo es ancho y ajeno? ¿Que sólo
importa lo que nos pase a nosotros? ¿Que lo que pasa en otras parte de México,
de Latinoamérica y del Mundo no nos interesa, que no debemos meternos ni en lo
nacional ni en lo internacional, y que debemos encerrarnos (y engañarnos),
pensando que podremos lograr, solos, eso por lo que murieron sus parientes?
¿Qué no debemos hacer caso a todas las señales que nos indican que sólo
haciendo lo que vamos a hacer podremos sobrevivir? ¿Qué debemos negarle el oído
y la palabra a quienes no nos han escatimado ni el uno ni la otra? ¿Qué debemos
respetar y apoyar a los mismos políticos que nos negaron una salida digna a la
guerra? ¿Qué, antes de salir, tenemos que aprobar ante un jurado calificador
para ver si lo que se ha construido acá en 12 años de guerra tiene méritos
suficientes?
En la Sexta Declaración les contamos que han entrado nuevas generaciones a la
lucha. Y No sólo son nuevas, también tiene otras experiencias, otras historias.
No lo dijimos en la Sexta, pero lo digo ahora: son mejores que nosotros, los
que empezamos el EZLN e iniciamos el alzamiento. Miran
más lejos, tienen
Lo que plantea la Sexta no es un
producto "importado", elaborado por un grupo de sabios en un
laboratorio ascéptíco, y luego implantado en un grupo social. La Sexta viene de
lo que somos ahora y de donde estamos. Por eso aparecen esas partes primero,
porque no se puede comprender lo que nos proponemos, si no se entiende antes lo
que ha sido nuestra experiencia y organización, es decir, nuestra historia. Y
cuando digo "nuestra historia" no estoy hablando sólo de la del EZLN,
también incorporo la de todos esos hombres y mujeres de México, de
Latinoamérica y del Mundo que han estado con nosotros... aunque no los hayamos
visto y estén en sus mundos, sus luchas, sus experiencias, sus historias.
La lucha zapatista es una champita, una casita más, tal vez la más humilde y
sencilla entre las que se levantan, con idénticos o mayores penurias y
esfuerzos, en esta calle que se llama "México", Quienes habitamos en
esa casita, nos identificamos en la banda que puebla todo el barrio bajo que se
llama "Latinoamérica", y aspiramos a algo aportar en hacer habitable
la gran ciudad que se llama "Mundo". Si esto está mal, adjudíquenlo a
todos esos hombres y mujeres que, luchando en sus casas, barrios, ciudades, es
decir, en sus mundos, tomaron un lugar entre nosotros. No arriba, no abajo,
sino con nosotros.
Un Pingüino en la Selva Lacandona.
Bueno, lo prometido es deuda. Al inicio de este escrito les dije que les iba a
contar del pingüino que hay aquí, en las montañas del Sureste Mexicano, así que
ahí les va.
Sucedió en uno de los cuarteles insurgentes, hace poco más de un mes, en las
vísperas de la Alerta Roja. Me encontraba yo de paso, rumbo a la posición que
sería el cuartel general de la Comandancia General del EZLN. Ahí debía recoger
a los insurgentes e insurgentes que formarían mi unidad durante la Alerta Roja.
El mando del cuartel, un Teniente Coronel Insurgente, terminaba de levantar el
campamento y tomaba las disposiciones para mover la impedimenta. Con el fin de
no recargarse mucho en el suministro que mandan las bases de apoyo para el
sostenimiento de las tropas insurgentes, los combatientes de esta unidad habían
desarrollado algunos medios de subsistencia propios: una hortaliza y una
granja. Se decidió que de las hortalizas se cargaba lo que se pudiera y lo
demás quedaba a la buena de dios. En cuanto a los pollos, gallinas y gallos,
pues la alternativa era comerlos o dejarlos. "Mejor los comemos nosotros y
no los federales", decidieron, no sin razón, los hombres y mujeres
(jóvenes menores de 20 años la mayoría), que mantenían esa posición. Uno a uno,
los animales fueron a parar a la olla y, de ahí, a los platos hondos de los
combatientes. Tampoco eran muchos animales, así que en unos cuantos días, la
población avícola se había reducido a dos o tres ejemplares.
Cuando sólo quedaba uno, precisamente el día de la partida, pasó lo que pasó...
El último pollo empezó a caminar erguido, tal vez pretendiendo confundirse con
nosotros y pasar desapercibido con esa postura. No sé mucho de zoología, pero
parece que la constitución anatómica de los pollos no está hecha para caminar
erguidos, así que, con el bamboleo que le producía el esfuerzo de mantenerse
derecho, el pollo caminaba tambaleándose y sin atinar un rumbo preciso. Fue
entonces que alguien dijo "parece pingüino". El hecho provocó risas y
éstas derivaron en simpatía. El pollo parecía, es cierto, un pingüino, sólo le
faltaba la pechera blanca. El caso es que las bromas terminaron por impedir que
el "pingüino" tuviera el mismo destino que sus compañeros de granja.
Llegó la hora de la salida y, revisando que no quedara nada, se dieron cuenta
de que el "pingüino" estaba todavía ahí, tambaleándose de un lado a
otro, pero sin volver a su posición natural. "Llevémoslo", dije, y
todos me quedaron viendo para ver si bromeaba o era en serio. Fue la insurgenta
Toñita la que se ofreció a llevarlo. Empezaba a llover y lo puso en su regazo,
debajo de la pesada capa de plástico con la que la Toñita protegía su arma y su
mochila del agua. Lloviendo iniciamos la marcha.
Llegó el pingüino hasta el Cuartel General del EZLN y rápidamente se adaptó a
la rutina de alerta roja insurgente. A menudo se unía (siempre sin perder la
descompostura de pingüino), a los insurgentes e insurgentas en la hora de la
célula, o sea del estudio político. El tema de estos días es sobre las 13
demandas zapatistas y los compañeros lo resumen bajo el título de "Por qué
luchamos". Bueno, pues no me lo van a creer, pero cuando me he acercado a
la reunión de la célula, pretextando la búsqueda de café caliente, he visto que
el "pingüino" es el que pone más atención. Y no sólo, de tanto en
tanto, picotea a alguno que se queda dormido en mitad de la plática política,
como reconviniéndolo para que preste atención.
No hay otro animal en el cuartel... digo, además de las culebras, las
tarántulas "chibó", dos ratones de campo, los grillos, las hormigas,
un número indeterminado (pero muy grande) de zancudos, y una cojolita que llega
a cantar, probablemente porque se siente convocada por la música de cumbias,
rancheras, corridos, de amores y de despecho que sale del pequeño radio que se
usa para oír el noticiero matutino de Pascal Beltrán en Antena Radio, y luego
la "Plaza Pública" de Miguel Ángel Granados Chapa en Radio UNAM.
Bueno, les decía que no hay otro animal, así que parece normal que
"pingüino" piense que nosotros somos sus congéneres y tienda a
comportarse como uno más de nosotros. No habíamos advertido hasta qué grado
había llegado, hasta que una tarde se negó a comer en el rincón que tiene
destinado y se acercó a la mesa hecha de palos. Pingüino hizo un escándalo, más
de pollo que de pingüino, hasta que comprendimos que quería comer con nosotros.
Deben saber que la nueva identidad de Pingüino le impide al ex pollo el volar
el mínimo necesario para subir a la banca, así que es la insurgenta Erika quien
lo sube y le da de comer de su plato.
El capitán insurgente al mando me ha dicho que al pollo, quiero decir a
Pingüino, no le gusta quedarse solo en la noche, tal vez porque teme que los
tlacuaches lo puedan confundir con un pollo, y protesta hasta que alguien lo
lleva a su techo. No tardará mucho tiempo en que la Erika y la Toñita le hagan
con tela una pechera blanca (querían pintarlo con cal o con pintura de casa,
pero logré disuadirlas... creo), para que no haya dudas de que es un pingüino y
nadie lo confunda con un pollo.
Ustedes pueden pensar que estoy, o estamos, delirando, pero lo que les cuento
es cierto. Mientras tanto. Pingüino se ha convertido en parte de la Comandancia
General del ezetaelene y, tal vez, podrán verlo con sus propios ojos quienes
vengan a las reuniones preparatorias para la "Otra Campaña". También
es de suponer que Pingüino sea la mascota del equipo de fútbol del EZLN cuando
se enfrente, próximamente, al internazionale de Milano. Tal vez entonces
alguien saque una foto para el recuerdo. Tal vez, pasado algo de tiempo y
mirando la imagen, una niña o un niño preguntaran: "Mamá, ¿y quienes son
los que están al lado de Pingüino?" (suspiro).
¿Saben qué? Se me ocurre ahora que nosotros somos como Pingüino, esforzándonos
por erguirnos y hacernos un lugar en México, en América Latina, en el Mundo.
Como de por sí no está en nuestra anatomía el viaje que emprenderemos,
seguramente andaremos tambaleándonos, vacilantes y torpes, provocando risas y
bromas. Aunque tal vez, también como Pingüino, provoquemos alguna simpatía y alguien,
generoso, nos arrope y nos ayude, caminando con nosotros, a hacer lo que todo
hombre, mujer o pingüino deben hacer, es decir, tratar siempre de ser mejores
de la única forma posible, o sea luchando.
Vale. Salud y un abrazo de Pingüino (¿?).
Desde las montañas del Sureste Mexicano.
Subcomandante Insurgente Marcos
México, Julio del 2005.