La Jornada

Lunes 12 de junio de 2006

En protesta, fuentes del DF se tiñeron de rojo

MARIANA NORANDI Y EMIR OLIVARES

Las aguas de varias fuentes de la ciudad de México se tiñeron de rojo como símbolo de la sangre por los asesinatos, torturas, agresiones y violaciones ocurridas en el municipio de San Salvador Atenco los días 3 y 4 de mayo pasado.

Mientras la selección mexicana de futbol celebraba su triunfo en Alemania, contingentes estudiantiles de la Universidad Nacional Autónoma de México y del Instituto Politécnico Nacional, además de adherentes a la otra campaña, vertieron anilina en el agua de fuentes para emular la forma en que corrió la sangre en San Salvador Atenco durante el asalto policiaco.

En distintos puntos de la ciudad, justo a las 13 horas, algunas fuentes comenzaron a arrojar líquido rojo. En la avenida Alvaro Obregón, el palacio de Bellas Artes, el parque México, en la esquina de Insurgentes y Félix Cuevas, y en Los coyotes de Coyoacán, el agua emulaba a la sangre.

En estas fuentes unos carteles rojos plastificados flotaban sobre sus aguas, en donde, a modo de manifiesto, definían palabras como violación, violar, vejación o derechos humanos.

El líquido rojo causó sorpresa entre los paseantes y turistas, que con curiosidad se acercaban para indagar la causa del color del agua. "¡Qué padres se ven!", y se les respondía: "esto es un acto de protesta por las represiones policiales en Atenco" y, más de uno, se tomaba fotos frente a las fuentes.

Con excepción del personal enviado a limpiar las fuentes, nadie se quejó por esos actos. Se entendió perfectamente que no se trataba de un acto de vandalismo, pues este líquido no daña la fuente ni contamina su agua, sino que fue un singular ejercicio de denuncia.


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