La Jornada

Jueves 1 de junio de 2006

Octavio Rodríguez Araujo

Marcos en su laberinto

El subcomandante Zero , también conocido como el delegado Marcos (o al revés), ha encontrado gracias a la represión en Atenco su oportunidad de posponer su periplo por el norte del país y de gozar de los privilegios de vivir en la ciudad de México.

Suena fuerte lo de "gracias a la represión en Atenco", pero si ésta no se hubiera dado y si el subcomandante Nacho, como le decían en su pueblo a Ignacio del Valle en 2001, no hubiera sido encarcelado, Marcos no tendría pretexto para posponer -"hasta que los presos de Atenco sean liberados"- su campaña por el norte del país.

Atenco y la salvaje represión por parte de la policía revivieron un poco la apagada estrella de Marcos en el país, ni más ni menos que en los medios de comunicación masiva que tanto criticara. No los cuestionó ni se preguntó (quiero suponer) si le haría o no el juego a Televisa en su campaña calderonista-yunquista del miedo para inclinar el voto en contra del "peligro para México", es decir, contra de López Obrador.

Felipe Calderón sí entendió y aprovechó la lógica de los sucesos. Fue así que el 5 de mayo dijo que AMLO apoyaba "los machetes", y el 9 del mismo mes que "atrás del pasamontañas del subcomandante Marcos está el mismo rostro de intolerancia y autoritarismo que caracteriza a la izquierda violenta que representa Andrés Manuel López Obrador" (La Jornada, 6 y 10 de mayo de 2006).

Ahora sí que nadie sabe para quién trabaja. ¿No sabe? Si "ahora gobiernan los grandes medios", como dijo en entrevista publicada el pasado 9 de mayo (ídem), ¿cómo es que aceptó unos días después ser entrevistado por Televisa, dialogar con quienes "gobiernan", según sus propias palabras? ¿No está suspendido el diálogo con el gobierno desde hace casi 10 años?

Una estudiante de ciencias políticas me dijo que un líder debe aprovechar cualquier tribuna para decir su palabra, y me quedé pensando: ¿por qué no aprovechó la entrevista con Loret de Mola para maldecir, como acostumbra con otros, a Azcárraga Jean y a los demás socios de esa televisora? ¿Por qué no insistió en hablar sobre Atenco después de que Carmen Aristegui continuó su entrevista tras "unos mensajes" en CNN? Tanta docilidad de un "rebelde anticapitalista" ante los periodistas de la televisión capitalista provoca suspicacias, incluso no siendo malpensado, como es mi caso.

Dije que los lamentables sucesos en Atenco revivieron la apagada estrella de Marcos. Lo explico. Le pedí a una de mis ayudantes que elaborara un cuadro de las entidades federativas recorridas por el delegado Zero y que en una columna pusiera el total de población en cada una de ellas, en otra columna el número de asistentes a las reuniones o mítines encabezados por Marcos de acuerdo con las notas de Hermann Bellinghausen en este diario (tomando los máximos o la media cuando los datos no coinciden con otras fuentes) y, finalmente, el porcentaje de los asistentes respecto de la población en cada entidad. El resultado es interesante.

El mayor número de asistentes fue en Chiapas y representó 1.04 por ciento de la población. El menor número en términos absolutos fue en Campeche y su porcentaje fue de 1.37. En Guanajuato, donde asistieron 3.7 veces más personas que en Campeche, el porcentaje de asistentes respecto de la población total fue de 0.0007. El total de asistentes, incluido el Distrito Federal hasta el 2 de mayo, fue de menos de 140 mil (en 21 entidades).

En la ciudad de México, dicho sea de paso, el porcentaje fue, incluyendo el mitin del 1º de mayo, de 0.19 de la población total. El cuadro es detallado y ocupa varias páginas, pues es de todas las comunidades recorridas día a día desde el 1º de enero hasta el 2 de mayo de este año. Y estaremos pendientes de los números que nos dé Hermann cuando la otra campaña se mueva hacia el norte, si es que se mueve.

Faltan las dos Californias, Sonora, Sinaloa, Durango, Zacatecas, San Luis Potosí, Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila y Chihuahua. Estos estados son menos zapatistas que los demás, como es bien sabido.

Ahora Marcos se ha propuesto hacer una concentración nacional de acción (¿?) para irrumpir (no interrumpir, que conste) en el proceso electoral el 2 de julio, el mero día de las elecciones. No sé exactamente qué quiera decir esto, pero si la intención es provocar miedo o incertidumbre sobre lo que vaya a ocurrir ese día, y tratar de provocar mayor abstención de la prevista, no lo logrará, pues sus seguidores son muy pocos. Pero la intención es la que cuenta, y todos sabemos a quién beneficiaría la abstención, por lo que no es difícil deducir a quién quiere hacerle el juego el delegado Zero.

Mientras tanto, disfrutaremos leyendo el 6 o el 7 de junio la ponencia de Marcos sobre Bertold Brecht, ya que, como todo mundo sabe, es especialista en el tema. Y a propósito de Brecht y su obligado exilio a partir del ascenso de los nazis, si gana López Obrador, el que ha sembrado el huevo de la serpiente en el Distrito Federal, según Marcos, ¿éste se exiliará a Dinamarca?


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