La Jornada

Miércoles 11 de enero de 2006

Solecito Malestar en la costa del estado ante el abandono y despotismo gubernamentales

Educación, salud, inversión... mitos geniales que caen en Chiapas

HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO

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Habitantes de la comunidad Joaquín Amaro, en Chiapas, expusieron ante el delegado Zero los problemas que enfrentan en la región costera FOTO Víctor Camacho

Joaquín Amaro, Chis. 10 de enero. ¿Cuántos mitos geniales del régimen actual cayeron hoy en esta comunidad pesquera un tanto abandonada, a orillas de los esteros del mar Muerto, en la costa pacífica de Chiapas? El de la inversión y modernización de la educación pública. El de la reconstrucción y la ayuda oportuna luego del huracán Stan. El de tarifas justas por la electricidad. Y otros: entrega de programas económicos, atención mínima a los ancianos, servicios básicos de salud para la población, la concepción de que un gobierno municipal del PRD significa "cambio". El mito de que las fuerzas de seguridad y el Estado ven con tranquilidad la otra campaña y el viaje del delegado Zero.

Los joaquineños están, por decir lo menos, ofendidos. Y ya ven que eso es lo que despierta la dignidad. "Estamos dispuestos a unirnos a otros movimientos para hacer más grande nuestra lucha", afirma Ramiro Sánchez Jiménez, representante del Frente Cívico de Joaquín Amaro.

Las madres del Comité de Desayunos Escolares de la primaria Miguel Hidalgo exponen el desprecio y la burla del DIF de Pijijiapan y de Chiapas, que les da limosnas para los niños, y además podridas. Latas de atún "negras" por dentro, bolsas de soya enmohecidas y pestilentes, o sea, veneno.

La polvareda que levanta en la terracería el convoy donde viaja el subcomandante Marcos no es sólo simbólica ni se la lleva tan sencillamente el viento. Al menos eso debieron pensar el presidente municipal perredista de Pijijiapan, Julio César Arreola Carrasco, y su jefe de comunicación social, Joaquín Rodas Meza, que enviaron esta tarde las despensas que estaban debiendo hace meses.

Y sobre todos los mandos de la Policía Judicial de estado, que no resistieron la tentación de enviar a Joaquín Amaro tres camionetotas sin placas con agentes armados mientras el subcomandante Marcos se reunía con la población en un solar entre las casas modestas, bajo una palapa tan humilde que el techo estaba incompleto y no había donde sentarse en el piso de tierra.

Interrogados por la prensa, los policías dijeron ser "sociedad civil" y "simpatizantes de Marcos", pero tan les creyó la población que de inmediato se formaron verdaderas vallas de niños y mujeres visiblemente asustadas bloqueándoles el paso.

Por lo demás, el Cisen y los servicios de inteligencia despliegan en los actos de Marcos tal cantidad de "reporteros", fotógrafos y agentes armados de telefonía satelital, que constituyen uno de los más conspicuos contingentes de "seguidores" de la otra campaña. En las remotas poblaciones Joaquín Amaro y San Isidro hoy se dio el milagro de la señal celular, al menos para ellos.

En medio de tal "serenidad" gubernamental, la gente de los pueblos se puso a hablar con Marcos y la prensa como si en ello les fuera la vida.

"Acomodándose, no nos vayamos a amotinar" (supongo que quiso decir "amontonar"), llamaba un voz por el sonido a los pescadores, las mujeres y los jóvenes de Joaquín Amaro. (Mito adicional: ¿cabe un nombre más antizapatista que el de ese general golpista que hizo carrera política y fortuna millonaria después de perseguir a Emiliano Zapata y Francisco Villa hasta el fin?).

Ante el delegado Zero, uno de los numerosos pobladores que tomó la palabra expuso: "El municipio de Pijijiapan es gobernado por el PRD y, sin embargo, lo dice todo el pueblo: nunca habíamos tenido un gobierno más déspota y autoritario. A tal grado que a los compañeros en resistencia no se les permite comunicarse con sus familias ni con sus asesores legales".

Otro hombre denunció: "Aquí no vemos la obra que anuncian Vicente Fox y Pablo Salazar Mendiguchía en la televisión. La primaria no cuenta ni siquiera con pizarrones de acrílico ni ha llegado aquí la Enciclomedia que dicen los comerciales". Por todas partes del Chiapas imaginario abundan espectaculares que proclaman que las escuelas cuentan con "la biblioteca más grande del mundo". Que lo digan los 334 alumnos de la telesecundaria en escandaloso abandono.

Roberto Espinosa Moguel dijo en la reunión con el delegado Zero: "Si supieran lo poco que ganamos... Hacemos este grupo de resistencia para avanzar hacia adelante".

En el frente cívico del ejido Tamaulipas (donde está Joaquín Amaro), el más poblado de Pijijiapan, participa la tercera parte de la población, pero casi todos apoyan su lucha o al menos se benefician de ella. Hace más de dos años dejaron de pagar las tarifas de energía eléctrica, que deben estar entre las más altas del mundo. Rosino Laguna Vázquez recibió un mes un recibo por 6 mil 400 pesos, más de lo que gana, así que dejó de pagar.

Como dice en entrevista Ramiro Sánchez: "Si pagamos nos quedamos sin comer, y ni pensar en el estudio de nuestros hijos. Es por eso que la gente se está levantando. Los que menos, deben pagar 500 o mil pesos. Un señor debía 28 mil pesos y hasta ofreció su casa a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para salir de la deuda".

Orgulloso camaronero, Ramiro confirma su estirpe: "Fui engendrado en la patilla de una canoa". Hace ocho meses vinieron los técnicos de la CFE a cortar la luz y la población en resistencia no se los permitió. "La gente ya no es la misma, les dije. Los bajamos de los postes y los hicimos volver a conectar. Ya no han vuelto."

No obstante, hace cinco meses se suspendió el suministro eléctrico de todos, lo cual sabotea prácticamente a los camaroneros de las laguna de estero La Pampita y El Mosquito. "Vino el presidente municipal y se comprometió a conseguir recibos de luz de menos de cien pesos. Nunca cumplió. Ese presidente aquí no manda, la gente sigue en la lucha", agrega Ramiro, quien estuvo presente en la sesión preparatoria de la Sexta declaración de la selva Lacandona, en la comunidad zapatista Dolores Hidalgo el otoño pasado.

"Los compañeros mandaron una comisión con su representación y se hizo colecta para nuestros pasajes. Entonces invitamos al subcomandante Marcos y ahora nuestra genta ya vio que sí vino." Con la resistencia, prosigue, "estamos tratando que las cosas se hagan mejor".

Y dice: "Sabemos que hay gente en resistencia en otras partes. Ya nos estamos juntando con los de San Isidro y de Tonalá, y estamos dispuestos a participar en un movimiento más amplio. Estamos listos. Nuestro movimiento está creciendo".

Cuenta que la CFE llegaba con tenazas "para cortar los cables en pedacitos, hasta que los detuvimos". Refiere que el alcalde de Pijijiapan prohibió a la caseta telefónica, que es comunitaria, que se recibieran llamadas para los representantes de la resistencia.

Esta misma tarde, el diligente alcalde perredista, "aprovechando" la visita de Marcos, envió numerosas despensas y las almacenó en casa del señor Juan Ordóñez para repartirlas de inmediato. Un anciano que acababa de denunciar el "abandono" ante el delegado Zero recibió una despensa en su propia casa. Ni siquiera tuvo que ir a recogerla.

Por su parte, María Isabel Aguilar y Adriana Martínez Espinosa, del comité de desayunos escolares, no podían ocultar su preocupación ante la escasez de alimentos para los 353 niños de la primaria de Joaquín Amaro. El DIF les dio 185 platos y cucharas, y otras tantas, "así de chiquitas, como para que los niños reciban poquito caldo".

De nada ha servido demandar utensilios suficientes. "Nos dicen que así toca. Y si viera cómo están de inservibles los mesabancos. Los niños de primero no tienen dónde sentarse. Pero lo que más coraje nos dio fueron las latas de atún negras y la harina de soya que 'se les mojó' y tenía hongos negros. Cincuenta y dos bolsas. Cuando reclamamos, en el DIF dijeron: 'hagan su solicitud en Sedesol'. Los alimentos que dan no alcanzan para nada. Ni caso nos hicieron."

Además, al paso de Stan se acabó el camarón porque la inundación se llevó las "tarquinas" de los criaderos. "Y los que se quedaron atrapados en la pampa por el huracán nadie del gobierno ayudó a rescatarlos. Y sin camarón menos dinero tenemos.

"Con pocos alimentos, y malos, son los niños los que sufren", concluye doña María Isabel, acompañada de otras cuatro madres humilladas y ofendidas de Joaquín Amaro aquí, en la costa, donde Chiapas hace agua en más de un sentido.


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