La Jornada

Lunes 9 de enero de 2006

Solecito Lamenta el obispo la muerte de la indígena

La líder tzotzil, símbolo del lugar que debe tener la mujer: Arizmendi

ELIO HENRIQUEZ CORRESPONSAL

San Cristobal de las Casas, Chis., 8 de enero. Luego de lamentar la muerte de la comandanta Ramona, el obispo de esta ciudad, Felipe Arizmendi Esquivel, dijo que la dirigente zapatista "ha sido un símbolo del lugar que todos queremos que tenga la mujer" en la sociedad.

El prelado se unió a la pena que la muerte de Ramona "significa no sólo para el zapatismo sino para sus propias comunidades", y comentó que ayer él celebró un misa en su oratorio privado para, "encomendarla al Señor y tenga la vida eterna".

Agregó que igual que otras mujeres, dentro y fuera del zapatismo, la comandanta Ramona "es el resultado del mucho trabajo que ha hecho la diócesis local en tiempos del obispo Samuel Ruiz García, y en la actualidad, para que a las mujeres se les dé el lugar que les corresponde".
Arizmendi Esquivel manifestó su esperanza de que la lucha de Ramona, cuyo cuerpo fue sepultado este domingo en el panteón municipal de San Andrés Larráinzar, municipio del cual era originaria, "nos ayude a todos a reconocer más con humildad las deficiencias que hay en cuanto al lugar que las mujeres deben tener en la sociedad y nos anime a ver que sí es posible".

La dirigente tzotzil era "como un exponente de adónde se quiere que estén las mujeres: que sean parte activa de la sociedad", insistió el obispo al ser entrevistado al terminar la misa que ofició este mediodía en la catedral.


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